Día 2: comienza el día bien temprano en la Puerta de Brandeburgo para hacerte la clásica foto y camina hasta el cercano Reichstag (reserva con antelación una visita a la cúpula de cristal para disfrutar de una vista de 360 grados de la ciudad). El edificio alberga varias instalaciones que narran la historia parlamentaria de Alemania y que también merece la pena visitar.
Almuerza algo rápido antes de volver a subir al autobús que te llevará a la Columna de la Victoria. Tiergarten, uno de los parques más grandes de Berlín, también está en el camino. Si quieres descansar un poco de las visitas turísticas, este parque es una buena parada para disfrutar de unos momentos de paz y naturaleza.
Cuando termines de comer, bájate en la Isla de los Museos y explora sus cinco museos principales: el Museo de Pérgamo, la Antigua Galería Nacional, el Museo Bode, el Museo Antiguo y el Museo Nuevo. Por la noche, justo antes de la puesta de sol, completa tu viaje con un relajante paseo en barco desde DomAquarée para empaparte de la ciudad una vez más, pero desde un punto de vista ligeramente diferente.